Se aproxima el alba y tú mueres de sueño;
yo soy tan feliz y tan libre de decirme
que te puedo amar aunque no tenga idea de lo que espero,
de lo que pueda llegar o durar esto.
—"Hagamos un trato" yo me voy hasta que tú estés durmiendo.
Aceptaste. Acepté.
Creí, y hasta hoy sigo creyendo, que fingiste los primeros sueños y bostezos
para no alargar mi tiempo.
Entre delirios y pequeños e infantiles besos, has dicho:
—A mi no me engañas, sí me quieres aunque sea poquito.
¡Cuanta ternura y picardía me transmitiste al decir eso!
¿Y qué pensabas... que mi amor ocultaba?
¿Qué clase de estrategia es ésa para hacerme decir que te quiero?
Y ahora te siento y sé
que no dudas ni tantito que te quiero,
que te sientes amado,
que sabes que adoro escuchar tus cuentos...
¿Verdad que lo sabes?
Colibrí
[Una noche sin fecha, sin tiempo]