Fresca y clara
como tu mismo nombre
augurio del nuevo día
manto de las flores
resumen del mar
vestido de albores
espejo que la luz
fragmenta en mil colores.
29 de noviembre del 2012
jueves, 25 de julio de 2013
martes, 23 de julio de 2013
Más que un adiós, acaso un reencuentro
Si cierro los ojos y callo mi voz
puedo sentirlo como el viento fresco;
en un sitio ajeno a mi imaginación
se celebra un reencuentro sublime y sin tiempo.
Tras meses de amarga resignación,
de llanto discreto, de silencios negros,
culmina el anhelo que dejó el adiós
de Raúl, tu amado, tu fiel compañero.
Ahora la muerte ya no es un ladrón
que se lleva todo, menos el miedo;
sino un instrumento de redención
que da vida eterna, a su lado de nuevo.
Ante tu presencia resplandeciente,
aquellos a quienes tú diste la vida:
Pepe, César, Conchita, sonrientes,
te dan tiernamente la bienvenida.
Mirándolo bien, todo es alegría;
ya no hay sufrimiento ni melancolía.
Entonces, ¿porqué las lágrimas frías
bañan tu recuerdo desde mis mejillas?
¿Qué será de mí, oh madre bendita,
mi amiga sincera, mi hermosa abuelita?
Que tu amor profundo disipe mi duelo,
ahora que al hablarte, miro hacia el cielo.
A la memoria de Concepción Isabel Gómez Dueñaz, DEP
2:19 am 19 de Julio del 2013
puedo sentirlo como el viento fresco;
en un sitio ajeno a mi imaginación
se celebra un reencuentro sublime y sin tiempo.
Tras meses de amarga resignación,
de llanto discreto, de silencios negros,
culmina el anhelo que dejó el adiós
de Raúl, tu amado, tu fiel compañero.
Ahora la muerte ya no es un ladrón
que se lleva todo, menos el miedo;
sino un instrumento de redención
que da vida eterna, a su lado de nuevo.
Ante tu presencia resplandeciente,
aquellos a quienes tú diste la vida:
Pepe, César, Conchita, sonrientes,
te dan tiernamente la bienvenida.
Mirándolo bien, todo es alegría;
ya no hay sufrimiento ni melancolía.
Entonces, ¿porqué las lágrimas frías
bañan tu recuerdo desde mis mejillas?
¿Qué será de mí, oh madre bendita,
mi amiga sincera, mi hermosa abuelita?
Que tu amor profundo disipe mi duelo,
ahora que al hablarte, miro hacia el cielo.
A la memoria de Concepción Isabel Gómez Dueñaz, DEP
2:19 am 19 de Julio del 2013
domingo, 14 de julio de 2013
Carta a Éricka
A veces me embarga un extraño sentimiento casi infantil, como el de un niño que comienza a jugar con los más grandes, o el adolescente que quiere tomar o el joven que desea charlar con adultos. Unas ganas de que me mires, de que veas que he crecido. La verdad es un sentimiento estúpido y patético, pero me divierte descubrirlo en algún recóndito lugar de mí.
En ocasiones suelo lamentarme, aunque sin mucha seriedad, el haber crecido tarde, ahora, por ejemplo, que Mitch ya no está, o ahora que tú eres toda una mamá. Creo que si, en algún azar paralelo, tú y yo nos hubiéramos conocido a los veinte años de ambos, fuéramos buenos amigos y nos cuestionáramos las tantas cosas que uno se cuestiona a esta edad. Me pregunto en qué momento caíste en peso sobre el mar de lo establecido; en qué momento dejó la libertad de ser tu bandera, o si acaso, debajo de todo ese fardo de adultez, de maternidad, de estabilidad, de matrimonio, hay aún ese espíritu libre. Quizá son inventos míos, y nunca lo fuiste. Quizá tan sólo eras alguien tratando de encontrarse. Quizá ésta de ahora, la de esquemas, valores, deber y moral seas realmente tú.
Disculpa la severidad. No es decepción, sino incertidumbre. Eres un completo misterio para mí. Tu pasado de poesía y arte, de plena libertad, de tantas cosas que ahora, a mi modo y a modo del mundo presente con sus diferencias y similitudes, vivo yo.
Creo que cometemos un error cuando, por ser familia, suponemos conocer a alguien. Conocemos el origen, la historicidad, algunas vivencias, pero el mundo interior de cada ser es algo que sólo podemos vislumbrar si dicho ser así lo desea, y si estamos lo suficientemente libres de prejuicios, complejos y asunciones para abrirnos a él. Yo quiero dejar de verte como mi hermana. Eso es algo inexorable, un hecho consumado. En verdad quiero amarte como persona, con un amor libre de etiquetas, aprovechando la oportuna circunstancia de habernos "conocido" por haber salido del mismo vientre, por haber vivido en la misma casa.
Debo confesar que me abruma el miedo de ver a tantos jóvenes que se hacen adultos y renuncian a sí mismos; se dejan envolver finalmente, o quizá tienen mucho más miedo que yo. Y es que la libertad está acompañada por la sombra de la soledad, de la inestabilidad, de la duda, de no tener el control, de no saber qué sucederá.
Por lo pronto, yo he elegido esa vida. La de estar de un día para otro en un lugar sin conocidos, la de no tener un quinto ahorrado, ni la urdimbre de un plan de vida; la confianza plena en que todo se dará; la alergia al matrimonio y a los hijos, y el miedo a terminar 'reformado'. La moneda girando en el aire.
"Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse". Joan Manuel Serrat
14 de Julio del 2013
viernes, 12 de julio de 2013
Hombre de letras
Hombre de letras,
te vas y dejas
palabras de esta boca
por viajar a oídos sordos
hombre de letras
te vas y dejas
destinos regados
brotes de tu semilla
unión o desunión
reproches y culpas
pesos ligeros
medianos
y grandes
incertidumbres
hombre de letras
te vas y dejas
tu sombra vagabunda
de andar intermitente
tu eterna lectura
tu sueño de repente
tu berrinche constante:
"¡Que sí, Concha!"
"¡Que no, Concha!"
tu necio reproche
hacia la modernidad
tu crítica implacable
tu análisis quirúrgico
hombre de letras
te vas y dejas
el eco de la última pieza clásica
resonando en la soledad en la que
a la deriva
queda tu -cincuenta años- amada
que ahora te extraña
hombre de letras
te vas y dejas
tu misterioso pasado
cicatrizado en lo intrascendente
tu consumado presente
inerte
calmo
tu imaginario futuro
de cosas no hechas
de palabras no dichas
de disculpas no pedidas
hombre de letras
te vas y dejas
un puñado de miradas
que
con lágrimas
ven cómo te alejas
y sin embargo
hombre de letras
en mi recuerdo te quedas.
A la memoria de Raúl Andrade
30 de Noviembre del 2011
domingo, 7 de julio de 2013
Te amo libre
"Libertad" es un concepto absoluto.
7 de Julio 2013
Es absurdo siquiera pensar en dártela o quitártela, o tú a mí.
¿Confianza? ¡Vaya treta!
No es más que ciega asunción, fe ilusoria:
esperar de ti cierto comportamiento
moralmente considerado como correcto.
Me gustas así: libre. Sobre todo, libre de mí.
Libre de ser y actuar como te cause mayor placer.
Y si en algo confío, es en que así ha de ser.
Libre de amar tanto como puedas,
pues no existe tal cosa como la exclusividad.
¿Cómo puede la lluvia caer sobre un solo árbol?
No es sino el ego el que nos urge a ser el que más;
a ser un hito en la historia, en tu historia;
a ser protagonistas.
Te amo, mujer, porque amo;
porque puedo y deseo hacerlo.
Te amo así, libre de mí;
libre de la necesidad de amor;
libre de la necesidad de amor;
libre de la necesidad de mí.
7 de Julio 2013
Gätū
Ínfimo trozo de vida torrencial, eres, Colibrí;
perfecta manifestación del desapego y la libertad.
Volando vas sin rumbo,
cediendo con inocencia al ofrecimiento de cualquier flor,
tomando de ella lo más puro y dulce:
tan sólo el néctar de entre sus espinas;
mas no ose nunca alguna flor poseerte,
pues, si algo hay dado por hecho,
es tu absoluta independencia
y la incertidumbre misma de tu regreso.
Tomas sin compromiso.
No hay negocio ni egoísmo.
Fragilidad volante.
Tu presencia, fugaz e imprevisible,
abre la flor de mi pecho
y una sonrisa fragante
hace eco en mis adentros.
Tan pronto te vas, regreso
a mi llana cotidianidad, y pienso:
"Toma de mí todo;
bébetelo bien..."
7 de Julio 2013
perfecta manifestación del desapego y la libertad.
Volando vas sin rumbo,
cediendo con inocencia al ofrecimiento de cualquier flor,
tomando de ella lo más puro y dulce:
tan sólo el néctar de entre sus espinas;
mas no ose nunca alguna flor poseerte,
pues, si algo hay dado por hecho,
es tu absoluta independencia
y la incertidumbre misma de tu regreso.
Tomas sin compromiso.
No hay negocio ni egoísmo.
Fragilidad volante.
Tu presencia, fugaz e imprevisible,
abre la flor de mi pecho
y una sonrisa fragante
hace eco en mis adentros.
Tan pronto te vas, regreso
a mi llana cotidianidad, y pienso:
"Toma de mí todo;
bébetelo bien..."
7 de Julio 2013
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