Dime, mujer, ¿qué es lo que has hecho?
pues ahora doy drásticamente por hecho
lo mucho que adoro tu inocente acecho
y sentir sobre la viva flor de mi pecho
tu arado, tu rastra y tu tierno barbecho
no importa cuan largo se extienda ese trecho
que me ha de llevar a tu incierto lecho
y pienso, a propósito, ¿de qué estará hecho?
¿acaso de arena, de seda o de helecho?
¿una esponja en el piso, un colchón maltrecho?
¡Benditos sean todos los días sin provecho
en los que tú siembras lo que yo cosecho!
Por ese sendero profundo y estrecho
daré con la vida. No afirmo: sospecho.
Al hermoso Colibrí
22 de Junio 2013
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