como algo redundante.
Uno se duerme y no importa (eso creo) cómo se sienta:
comienza a girar en el aire la moneda.
Despierta y mira el estado de ánimo de hoy en la puerta
[colgado
como un inversionista mira la bolsa
o un televidente mira el pronóstico del clima.
Nada puede hacerse para cambiarlo
y comienza uno a tomar sus medidas.
Hay días en que debería uno ser encerrado
como un loco en un cubo blanco acolchonado
con camisa de fuerza y todo
por seguridad de los demás y de sí mismo.
Días como hoy en que escribo
como si algo quisiera sacar
como vomitar es
a una indigestión.
a una indigestión.
Es de esos días en que la soledad deja de ser
[ingrávide.
El día de hoy
pensar en la caducidad de esto
me da vértigo.
De pronto siento tan lejos todo cuanto amo
es decir
amo esto también
pero
¿qué hay del ocio contigo compartido?
¿que hay de las calles verdes y sus ríos de piedra?
¿que hay del árbol aquel que cobijaba nuestras risas
entre graznidos de patos
y lechuzas ululantes?
Hoy me abruma lo intangible
que son todas esas cosas
en este presente.
Porque fueron pasado
son pasado
pero aún existen
presentes
siendo
lejos
fuera de mí.
Me abruma que seamos tan ajenos
yo y tú
yo y todas esas cosas.
Descuida.
Pasará.
Lo sabemos...
[lo sé.
Lo alarmante de compartirse a sí mismo
con alguien más
es que dos monedas al aire
generan muchas posibles combinaciones.
¿Cómo estarás?
¿Qué pensarás cuando leas
estas letras de zozobra?
Quizá no me reconozcas.
Lo cierto es que esto
el mensaje
las letras
las fotos
no pretenden demostrar nada
ni continuar con algo
ni mantener un amor
en conserva
en refrigeración
en cautiverio.
Esto es lo que hay
lo que pasa
lo que siento hoy
la alegría o tristeza de decir:
"hoy te quiero, colibrí"
"hoy te extraño, colibrí".
A Karen
13 de Marzo 2013
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