Nos quedamos en el alma.
Habitamos el aire escurridizo.
Somos el todo y nada después de un "¿Qué?" inocente en el amor.
Me voy, me vengo, en ninguna parte mejor que en tu cuerpo.
Lloro, río y me haces un desafío.
Te pienso, me pienso y todo pienso, y me hago bolas y desespero.
Luego viene la claridad y los nudos se van.
Me duermo, te duermo y que lindo es verte durmiendo.
Tan vivos, tan libres, tan tú, tan yo, tan juntos, tan lejanos, tan amados, y sí... ¡Cuánto te amo!
Del alma a tu meñique gracioso, tus líos y claridades, valiente en las tempestades, risueño eterno, observante imparable. Infinito.
Colibrí, 27/01/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario