sábado, 12 de marzo de 2016

Memoria y apego

Pertenencia... ¿acaso existe?
En cualquiera de los dos sentidos:
pertenecer a un lugar
a una persona
a una ideología
a un lapso de tiempo.;

o que algo nos pertenezca
o alguien.

Es como un engaño hecho de tiempo.
Después de varios días, meses, años
comienza uno a sentir apego y pertenencia,
y poco a poco, algo que resultaba
por completo desconocido
se vuelve a tal grado familiar,
que pasa a ser un reconfortante rellano
en la escalera de lo incierto
y después de nadar un rato
en un mar de cosas ajenas
ansiamos volver a aquello que nos es familiar.

No cabe duda que la cualidad por excelencia
de cualquier ser humano,
la herramienta de familiaridad,
el arquitecto de su zona de confort,
es la costumbre.
Uno puede acostumbrarse
a casi cualquier cosa, persona o situación,
y comenzar a generar apego con facilidad
al grado de que algo que no figuraba
ni en un ápice de nuestra vida
puede volverse determinante

¿En qué preciso instante ocurrirá ese designio?
¿Qué cosa en nuestro interior queda marcada
por una voz
un rostro
un aroma entre un millón
haciendo que pese más que el millón?

A lo mejor es cuestión de memoria.
De estrategia biológica
evolutiva
instintiva
de una impronta sobre aquello
que nos representa seguridad
supervivencia
bienestar y gozo.

Pudiera ser también miedo
a lo desconocido
a los peligros
de los que no sabemos protegernos
a la soledad de no tener nada ni nadie.

Si es costumbre lo que nos hace generar apego
encauzado por una buena primera impresión
quizá si eliminamos los filtros
de esa percepción inicial
podamos generar apego
hacia cualquier cosa o persona.
Hay veces en que incluso
es negativa esa impresión
como un niño
que es constantemente maltratado
y que , sin embargo,
prefiere estar con eso "malo conocido"
que con algo o alguien desconocido.

Quizá con suficiente consciencia de soledad
de desapego
de austeridad
se pueda dar ese sentimiento positivo
en cada nueva persona
sin que en su ausencia nos estorbe el ausente
ni nos agobie la fata de aquello que no tenemos.
Comprender que
en esencia
todo estaba igual de completo y correcto
antes de que ese algo o alguien apareciera
antes de que nosotros apareciéramos siquiera.

La memoria es útil.
Es herramienta del aprendizaje
y muchas veces fuente del gozo reciclado
pero así como puede hacernos disfrutar de nuevo lo bueno
nos puede hacer sufrir de nuevo lo malo
y condicionarnos de ese modo
a clasificar lo nuevo
en referencia al recuerdo de lo conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario