martes, 9 de agosto de 2016

Aún no

Digna, puntual, caprichosa, intransigente.
No atendiste mi llamado,
ni quisiste tomarme de la mano cuando lo pedí.
Pudieron haber sido veinte pisos,
pero si no has de querer, no me llevas.
¿Qué tendría que haber hecho para conquistarte?
Te lo pedí,
di ese salto de fe,
sórdido recuerdo.
Me puse en tus manos,
buscando tu abrazo,
pero tu rechazo fue inflexible.
Aquí me tienes,
con más dudas que antes,
con el mismo deseo de buscarte,
escondido bajo la firme intención
de no volverlo a hacer.
No me queda otra opción que aceptarlo.
Esperar sin esperar,
el día que seas tú quien me llame,
quizá pronto,
o dentro de  muchos años.
Te miraré con serenidad,
te daré un abrazo
y caminaremos juntos por el puente.
Mientras tanto estaré atento y pendiente.
Hasta entonces, querida Muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario